En su reunión de política monetaria del mes de mayo de 2020, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 3.50 % anual. Asimismo, la tasa de interés de la facilidad permanente de expansión (Repos a 1 día) permanece en 4.50 % anual, mientras que la tasa de interés de depósitos remunerados (Overnight) se ubica en 2.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis de la actualidad macroeconómica y la evolución de la inflación. La inflación mensual de abril fue de -0.82 %, mientras que la inflación acumulada durante los cuatro primeros meses del año fue -1.14 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir de abril de 2019 a abril de 2020, se moderó hasta 1.07 %, por debajo del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %, al tiempo que la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, alcanzó 2.75 %. Hacia adelante, el sistema de pronósticos del BCRD señala que la inflación se mantendría por debajo del límite inferior del rango meta durante el resto del año 2020.
La inflación mensual de abril fue de -0.82 %. La inflación acumulada durante los cuatro primeros meses del año fue -1.14 % y la interanual se moderó hasta 1.07 %.
«Las bajas presiones inflacionarias le otorgan mayores grados de libertad al BCRD para continuar reaccionando oportunamente ante el impacto adverso del COVID-19 sobre la economía dominicana, en caso de que sea necesario», afirma el organismo en su comunicado.
Contexto internacional
El BCRD resalta que en el entorno internacional prevalece una alta incertidumbre, a pesar de que, en aquellas economías que han superado las fases más críticas de la pandemia, se están empezando a levantar las medidas de contención que obligaron el cese de actividades productivas y que han deteriorado el crecimiento económico de forma generalizada. En este sentido, Consensus Forecasts (CFC), que agrupa las principales firmas de analistas que realizan proyecciones a nivel internacional, redujo significativamente las proyecciones de crecimiento mundial, que pasaría de 2.5 % en 2019 a -4.1 % en 2020. En respuesta al debilitamiento del crecimiento global, los bancos centrales alrededor del mundo continúan implementando medidas de flexibilización monetaria y de provisión de liquidez con el objetivo de apoyar las demandas internas de sus países.
En Estados Unidos de América (EUA), Consensus Forecasts proyecta que la actividad económica se contraería durante el presente año, que pasaría de una expansión de 2.3 % en 2019 a -5.4 % en 2020. En efecto, el crecimiento de la economía de EUA se moderó a 0.2 % interanual durante el primer trimestre, mientras que en abril la tasa de desempleo su ubicó en 14.7 %, la más alta desde la Gran Depresión de 1929. En adición, distintos indicadores de consumo y producción industrial sugieren que la economía estadounidense presentaría un mayor deterioro en el segundo trimestre de este año. En este contexto de bajo crecimiento, mayor desempleo y ausencia de inflación, la Reserva Federal (Fed) ha adoptado un grupo de medidas expansivas, manteniendo en niveles bajos su tasa de fondos federales que se ubica en el rango de 0 % – 0.25 %, así como los distintos programas de flexibilización cuantitativa inyectando liquidez a través de Repos, compras de títulos públicos y privados en el mercado secundario y programas de canalización de crédito para las micro, pequeñas y medianas empresas.
En cuanto a la Zona Euro, Consensus Forecasts proyecta que el COVID-19 provocará una contracción aún mayor en este bloque de países, que pasaría de un crecimiento de 1.2 % en 2019 a -7.9 % para 2020. Como respuesta a este difícil panorama, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight) en -0.50 % anual, a la vez que flexibilizó las condiciones del programa de canalización de crédito privado a través de las entidades financieras y amplió el programa de compra de títulos públicos y privados en el mercado secundario.
Por otro lado, cita que la alta incertidumbre ocasionada por la pandemia ha provocado un incremento en la volatilidad de los flujos de capitales y afectado las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes, motivando una depreciación generalizada de sus monedas frente al dólar estadounidense. En particular, América Latina, que ya enfrentaba una situación económica debilitada, ha sido afectada por la caída de los precios de los commodities y por la paralización del flujo turístico mundial, provocando que se proyecte una contracción regional de -5.9 % para 2020. En este contexto, los bancos centrales de la región se mantienen implementando de forma generalizada programas de provisión de liquidez y de canalización de crédito al sector privado.
En relación a las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) ha mostrado una recuperación parcial en el mes de mayo, influenciada por el recorte de producción acordado entre los países pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados. De esta manera, el precio del WTI ubicándose en el mes de mayo en torno a los US$ 30 dólares el barril, nivel similar a la proyección para el resto del año. Por otro lado, el precio del oro permanece elevado, en torno a los US$ 1,700 dólares por onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un contexto de alta incertidumbre. La dinámica de los precios de los bienes primarios beneficia los términos de intercambio para la República Dominicana, lo cual compensaría parcialmente, a través de una menor factura petrolera y mayores exportaciones de oro, el impacto negativo que ha tenido la pandemia sobre el sector externo, particularmente en el turismo, las remesas y las exportaciones.
Contexto local
El BCRD resalta que, al momento de adoptarse las medidas de contención contra el COVID-19 en República Dominicana, la economía se encontraba en una posición cíclica favorable, caracterizada por un crecimiento en torno al potencial y bajas presiones inflacionarias. Sostiene que estos fundamentos macroeconómicos han otorgado la flexibilidad para la adopción de medidas monetarias expansivas para acomodar el choque adverso. En efecto, información preliminar del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) indican que la actividad económica se ralentizó significativamente en marzo en relación con el ritmo de expansión observado en los meses de enero y febrero, registrando así una variación de 0.0 % interanual en el primer trimestre de 2020.
En este contexto, el Banco Central continúa implementando un conjunto de medidas monetarias y financieras orientadas a mitigar los efectos del coronavirus a través de un incremento en el financiamiento para los sectores productivos y los hogares, a menores tasas de interés. En particular, del total de RD$ 120 mil millones que han sido puesto a disposición de las entidades de intermediación financiera, se han canalizado unos RD$ 64 mil millones a través de distintas facilidades, quedando disponibles unos RD$56 mil millones para continuar apoyando a la actividad productiva y facilitando una rápida recuperación de la demanda interna durante el resto del año.
Se destaca que, aún en las condiciones actuales de alta incertidumbre, los recursos facilitados por el BCRD están siendo canalizados a una mayor velocidad que todas las ocasiones anteriores en que se han utilizado estos instrumentos de política monetaria. Como resultado, se ha observado una reducción significativa de unos 300 puntos básicos en las tasas de interés de los préstamos otorgados por la banca múltiple desde la adopción de las medidas y un mayor dinamismo en los agregados monetarios.
Asimismo, las condiciones monetarias favorables han contribuido a una aceleración del crédito al sector privado que se expande a tasas cercanas a 14 % interanual, destacándose la canalización de préstamos a los sectores de Manufactura, Hoteles y Restaurantes, Comercio y Construcción. El dinamismo del crédito privado ha incrementado el acceso a capital de trabajo para los sectores que se han mantenido operando durante la pandemia y ha provisto de una mayor liquidez a aquellas actividades que fueron suspendidas por las medidas de confinamiento.
Por otro lado, el BCRD afirma que el desembolso de unos US$ 651 millones como asistencia financiera de emergencia por parte del FMI, junto a las medidas de provisión de liquidez en moneda extranjera por unos US$ 622 millones y las intervenciones en el mercado cambiario que se han realizado durante este año por unos RD$2,200 millones, contribuirán a que se mantenga la estabilidad relativa del tipo de cambio ante un convulso entorno internacional.
Adicionalmente, se destacan los altos niveles de Reservas Internacionales del Banco Central, equivalentes a aproximadamente el 10% del PIB, por lo que la institución reitera que cuenta con suficientes recursos y herramientas para seguir apoyando al mercado cambiario, de tal forma que sean cubiertas todas las necesidades en divisas de los agentes económicos y del público en general.