Autor: Ernesto Jiménez
Es común escuchar personas, incluso de amplia formación académica, referirse a los temas económicos como si fueran algo lejano, frío e impersonal. De ahí surge, el desapego que muchos ciudadanos manifiestan hacia los asuntos económicos, pues sencillamente, lo consideran algo que no está vinculado íntimamente con su bienestar particular.
Esa errada percepción es constantemente fortalecida con la forma en que los medios de comunicación abordan las problemáticas económicas. Lamentablemente, con mucha asiduidad se suele cometer el error de utilizar un lenguaje técnico de difícil comprensión para el lector no especializado, y en adición a esto, dichas publicaciones carecen de un enfoque didáctico para explicar el significado de aquellos conceptos que, por su complejidad, resultan complicados de simplificar.
También suele suceder que desde el título mismo de la información se desalienta la lectura del ciudadano regular, dando así la impresión, de que el manejo de informaciones económicas es potestad de una élite ilustrada. Por ejemplo, en un medio de circulación nacional se publica la siguiente información: El PIB chino aumentará un 1.6 % en el 2020. Es fácil apreciar que quien no maneje el significado del concepto “PIB” no entenderá el titular, y por tanto, tendrá un menor estímulo para leer la noticia. En cambio, se lograba un mayor alcance de entendimiento ciudadano y un incentivo más alto para acceder a la noticia si se hubiese titulado de la siguiente manera: La economía china crecerá un 1.6 % en el 2020.
Aunque pudiera parecer sencillo y, quizás hasta inconsecuente, la realidad es que ese tipo de detalles configuran todo un esquema de alienación ciudadana de temas fundamentales para su vida diaria. Y eso es un despropósito que fomenta la ignorancia de una parte importante de nuestro pueblo. Lo cual, incrementa el déficit educativo que lastra la capacidad ciudadana de tomar decisiones informadas y conscientes, lo que, a su vez, reduce el bienestar colectivo y deteriora la calidad de la democracia.
Por esa razón se precisa de un cambio radical en el paradigma informativo de los temas económicos en República Dominicana. Se debe avanzar hacia nuevos enfoques de divulgación de noticias y análisis que conlleven perspectivas más didácticas y educativas. Es decir, es necesario generar una transición de la información fría, impersonal y cuantitativa, hacia un modelo de información analítico, aleccionador y cualitativo, en donde, el lector entienda la vinculación directa de su propio bienestar con el progreso de la economía.
Por tanto, ese nuevo modelo comunicacional debe tener al ser humano como centro del debate económico y razón de ser de la economía, y a la economía, como el insumo y el producto final del accionar humano. Y así, contribuir a forjar un ciudadano con mejores herramientas de toma de decisiones, para que a su vez, tenga la capacidad de participar activamente en el desarrollo económico de su sociedad y en el fortalecimiento de la democracia.
